En una elección en la cual la saliente conducción de Godoy y Fuentes intentaron fraguar desde el mismo llamado a elección y con tremendos actos de violencia, nunca antes conocidas en el sindicato estatal, la fórmula encabezada por Fernando Acosta (Jujuy) y Miguel Pelandino (Entre Ríos) se imponía claramente en prácticamente todo el país.
Hechos bochornosos ocurrieron en distintas localidades bonaerenses, territorio de Godoy, como La Matanza, José C. Paz, la Costa, Ezeiza, Bahía Blanca y Carmen de Patagones, donde patotas armadas golpearon y expulsaron de los lugares de votación a los fiscales de la Lista Verde y Blanca de Nando Acosta acompañada en la provincia de buenos Aires por Selva Guillen.
Prácticas similares se vivieron los trabajadores jubilados de Santa Cruz, en donde supuestos trabajadores de la UOCRA impidieron el paso a quienes tendrían que haber votado en Río Turbio y en la provincia de Chubut, con dos juntas electorales distintas, donde solamente se pudo votar en el 50 % de las mesas.
La elección ya tenía desde sus inicios un tinte fraudulento con un primer llamado a lección fuera de los plazos legales que debió ser modificada con posterioridad.