Fue durante la cumbre de gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo. El encuentro sumó unos 30 gremios. “Somos las arterias del país, el transporte es nuestra identidad”, afirmaron. El Gobierno ya advirtió que rechaza de plano la idea de un plus salarial.
Con vocación de constituirse en polo de referencia dentro del atomizado mundo sindical, prometieron reunirse dos veces por mes. Presentaron el encuentro de anteayer y los que sigan como fruto del proceso que debiera culminar el año que viene con una CGT única. Reclamaron a la Presidenta diálogo, aunque más que hablar dieron cuenta de preferir un bono navideño de 5 mil pesos para reparar el desbarajuste que la inflación ha hecho sobre los salarios en 2014.
Los propios protagonistas fueron los primeros en sorprenderse –para bien– por lo concurrida que resultó la cumbre de gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo, el miércoles, en la sede de los conductores de locomotoras (La Fraternidad). El Gobierno, que rechaza de plano la idea de un plus salarial, ahora deberá decirle que no a este conglomerado de ferroviarios, camioneros, colectiveros, taxistas, aeronáuticos y portuarios, entre otros sectores.
Visto el elenco se concluye que sólo la intransigencia oficial a morigerar los zarpazos de Ganancias operó el milagro de que se juntaran bajo un mismo techo organizaciones que abrevan en las tres centrales donde se reparte el sindicalismo peronista. Con la particularidad, que no se trató esta vez de un cónclave a las escondidas, como aquellos en los que tomó forma el operativo unidad c.
“Somos las arterias del país, el transporte es nuestra identidad”, se dijeron así mismos dándose fuerzas los transportistas que coincidieron en la sede de la calle Hipólito Yrigoyen. No fue necesario que nadie explicitara allí el poder real que representan esos gremios a la hora de decidir un paro, una posibilidad que por ahora no es considerada.